especialidades

Terapia individual sistémica

Sesiones para niñ@s, adolescentes, adultos, parejas y familias

Es importante realizar una exploración temprana a los niños y niñas de 0 a 6 años que presenten dificultades en el desarrollo en sus  diferentes áreas (social, cognitiva, motriz, etc.), a fin de poder trazar una línea de tratamiento ajustada y las derivaciones oportunas de los diferentes especialistas, así como aportar orientación y terapia al entorno social, como son los padres o la coordinación con el resto de centros que forman parte del niño/a.

La respuesta de ansiedad, tan común en nuestro alrededor y en nosotros mismos, es una respuesta natural de los seres humanos, al interpretar de forma consciente o inconsciente una amenaza externa o interna, sintiéndonos inseguros y con sensación de descontrol. Con nuestro cuerpo y pensamientos tratamos de intentar controlar la situación o nuestros pensamientos o emociones, mediante el mecanismo de la alerta o vigilancia. Cuando esta respuesta nos afecta en nuestro estado general de salud porque nos impide vivir de un modo tranquilo, es cuando interpretamos que es un problema y quizás necesitemos saber por qué ocurre y cómo disminuirla.

La respuesta de estrés por otro lado, la experimentamos cuando, a veces sin darnos cuenta, realizamos y nos ‘cargamos’ de múltiples tareas, obligaciones y/o pensamientos que traspasan en un momento dado nuestros recursos internos. Por diversos motivos pensamos y sentimos, que no podemos delegar tareas, abandonarlas, posponerlas, o incluso nos sentimos incapaces de decidir los cambios necesarios para sentir más calma. Es por ello que podemos solicitar ayuda para saber qué está ocurriendo para sentirnos desbordados.

Cuando finaliza una relación de pareja, cuando nos mudamos a otra localidad, cuando dejamos un trabajo, o cuando vivimos la pérdida de un ser al que amamos por su muerte (sea persona o animal); experimentamos un Proceso de Pérdida y de Duelo, el cual está conectado a todas las pérdidas de nuestra Historia de Vida. En estos momentos nuestra vida y nuestra existencia se convierte en un fino y delicado cristal que precisa de unos cuidados y sensibilidad especiales, pues se siente que algo dentro de nosotros ha muerto, y por tanto, sentimos que también nosotros hemos muerto un poco.
Es muy importante comprender que este proceso es muy complicado para la persona que lo vive, y precisa comprensión, paciencia, conexión emocional desde las personas con las que decide compartir un dolor tan profundo. Es importante por tanto solicitar ayuda y guía si nos sentimos desbordados o desbordadas ante la pérdida, pues aunque lo vivamos como insoportable, es un proceso natural y sus consecuencias a largo plazo nos conduce a un aprendizaje profundo con nosotros mismos y nuestras relaciones.

Nosotros consideramos las adicciones como pensamientos y conductas de escape por situaciones que nos han generado y generan un elevado malestar.
Abordamos las adicciones de una manera integral para que la persona se de cuenta de lo que sucede en su vida y de que es lo que le lleva a mantener la adicción. 
Tratamos adicciones a sustancias (cocaina, alcohol, cannabis, pastillas…) y a conductas (juego, móvil, etc.)

La ruptura de la pareja en un sistema familiar conduce a un duelo de la familia que conocíamos y a una reorganización obligada. Es una de las experiencias más estresantes y dolorosas que vive el ser humano en esta cultura, siendo cada vez más frecuente la opción de separarse y divorciarse. Cuando hay hijos, además del duelo por la ruptura de la pareja, también entran en el juego sistémico, las necesidades de los niños y de los adolescentes, quienes van a sentir un gran repertorio de emociones (algunas de estas contradictorias) y conflictos internos. Cada uno de los miembros de la familia tiene unas necesidades ante este gran impacto emocional, por lo que es importante el acompañamiento y la guía especializada en este proceso.

A una separación o a un divorcio de una pareja con hijos, se le añade la dificultad de enlazar, en algún punto del proceso de separación, cada una de las partes, una pareja, siendo incluída o incluido en el nuevo sistema familiar, teniendo en cuenta que ya existía un sistema «original». Tanto los padres y madres, como los hijos e hijas y los nuevos/as miembros/as (normalmente conocidos como «madrastras» o «padrastros») pueden sentir un gran estrés ante este nuevo tipo de familia, al desconocer cuál es el rol, los nuevos rituales, el funcionamiento anterior y nuevo, etc. Los padres y las madres, así como los hij@s, experimentan del mismo modo, estrés y dificultades ante los nuevos miembros de la familia. Además de terapia para estas necesidades, ofrecemos un grupo de apoyo.

Conocer los motivos por los cuales vivimos conflictos en nuestras relaciones nos ayudará a poder sentirnos mejor con nosotros mismos y a modificar aquellos aspectos comunicacionales y emocionales (explorando tu estilo de apego) que nos conducen a discusiones repetidas, dinámicas que desgastan la relación, desigualdades de poder, etc. 

En cuanto a las relaciones familiares, analizar el sistema familiar y aquellos aspectos que perjudican a la familia o a algún miembro en específico, será de gran ayuda para poder dotar de «libertad emocional» a los miembros que sienten emociones negativas continuas en su día a día. Con la familia aprendemos cómo relacionarnos posteriormente con nuestros iguales (relaciones de amistad y de pareja).

Un diagnóstico médico trae consigo diversas etapas de afrontamiento psicológico que nos conducen poco a poco a la aceptación y adaptación a la nueva realidad física. Para ello, a veces, necesitamos ser acompañad@s y entender mejor el significado de las posibles limitaciones que trae por consecuencia tal diagnóstico, cómo podemos hacer cambios de hábitos y de funcionamiento para conseguir adaptarnos, y revisar características de nuestro carácter y personalidad que faciliten o puedan dificultar tal proceso.

Desde hace unos años comprendí que en mi proceso vital no necesitaba únicamente a la mente para discernir aquellas incógnitas de mí misma y de mis experiencias, por lo que tras encontrarme con una sabia terapeuta tomé la decisión en base a su consejo de conectar con mi cuerpo, iniciando de este modo clases de Hatha Yoga, que consistieron en realizar asanas (posturas corporales determinadas) a medida que era consciente de mi respiración profunda diafragmática, llegando a estados de calma en las clases y obteniendo más tranquilidad en el día a día.

Los beneficios del Yoga y de la meditación han trascendido su propia cultura, pudiendo nosotros, ser afortunados de poder aprender parte de la cultura de donde provienen, pues el Yoga no es únicamente una práctica física sino una Filosofía para muchas personas.

Introduzco en las sesiones técnicas de respiración y de relajación para la regulación emocional y procesamiento del trauma.

El cuerpo puede tener la respuesta de lo que sentimos, si logramos conectar con las sensaciones físicas, nos puede resultar más sencillo identificar y procesar la emoción que en un momento determinado sentimos. Es por eso que dentro de la terapia focalizamos la atención a cómo sientes tu cuerpo, a fin de aumentar la conexión contigo mism@.

Hay días o momentos en los que sentimos tristeza en nuestro interior, bien porque hemos pensado en algo que nos hace sentir esta emoción desagradable, bien porque nos haya afectado algún aspecto en relaciones laborales y/o personales, o en otras ocasiones simplemente no nos sentimos motivados a realizar lo de ‘todos los días’, y necesitamos estar ‘recogidos’ en nuestro hogar. Independientemente del motivo, conocer que la emoción de tristeza forma parte de nuestro emocionario es importante para permitirnos sentirla. El matiz ha indicar para comparar la emoción de tristeza con la Depresión, es que la Tristeza forme parte de nuestro día a día, sea nuestra compañera para tomar decisiones (o no tomarlas) y relacionarnos. Hay motivos por los que sentirse muy triste y por los que sentir desesperanza hacia el futuro, desconfianza en las relaciones, y repetir pensamientos negativos hacia uno mismo. Sólo se necesita a veces, un poco de ayuda profesional, y por supuesto, un buen colchón emocional (o apoyo de los seres queridos).

La focalización en nuestro cuerpo e imagen puede estar asociada a problemas o dificultades internas relacionadas con la ansiedad y la relación de valía con nosotr@s mism@s. Es importante que conozcamos los síntomas que nos hacen ocupar gran parte de nuestro tiempo en el foco físico o de la alimentación, la función que tienen y cómo podemos encontrar la manera de eliminar esa ‘presión interna’.

Cuando vivenciamos una situación que contiene información tan estresanteque no podemos procesar las emociones desencadenantes ni con el cuerpo ni con la mente, puede estar gestándose un trauma, una condición que nos afecte posteriormente a nuestra vida en general o en determinados aspectos en las relaciones y en nuestras actuaciones. Los eventos estresantes no procesados en las primeras etapas de la vida son unos de los motivos por los cuales las personas podemos sentirnos insatisfechas, en conflicto con nosotras/os y en nuestras relaciones. Tener en cuenta esta realidad y pedir ayuda para conocerla y procesarla puede servirnos para calmarnos ante las alarmas que se producen como consecuencia de este trauma, el cual en muchas ocasiones no se hace consciente.

Cuando nos encontramos confusos en el día a día, y de nosotros y nosotras surgen pensamientos y emociones hacia nosotros mismos que deseamos aclarar, puedes pedir ayuda para ello. El ser humano es complejo y se ha de explicar desde la complejidad humana y relacional, sobre todo porque nacemos en un núcleo familiar que a su vez está inmerso en una Cultura Determinada, y del que absorbemos sus aprendizajes, roles, secretos, costumbres, dinámicas, etc.; las cuales no las hemos elegido desde la conciencia de saber que las queríamos.

Conocer de dónde venimos y qué hemos ido aprendiendo a medida que crecíamos, nos puede ser muy útil a la hora de modificar aquellos aspectos que nos hacen daño en las relaciones, en la comunicación con nosotros mismos y en los proyectos vitales que necesitamos realmente (aquellos que nos hacen sentir bien, con los que sentimos que vivimos el presente).

A menudo podemos escuchar el miedo social que existe en las familias con pre-adolescentes, pues consideran que sus hijos van a cambiar de pronto un día, van a pasar de ser un dulce niño a un ser inconformista, que les desprecia, y que consumen drogas. Este temor no es real, sin embargo hay que tener muy en cuenta cómo funciona previamente la familia y su sistema de comunicación, pues la adolescencia puede ser el reflejo de una base insegura o al contrario, cargada de confianza y seguridad.

Más allá de la culpabilidad y de la creencia de la perfección educacional, existe el análisis de por qué tu hijo o tu hija se comporta de una manera determinada, y por supuesto, existen modos diferentes de actuar y de comunicarse para que no exista tanto malestar cotidiano en los miembros de la familia.

Desde el prisma de la parentalidad positiva y la puesta en práctica de limitaciones en la crianza de nuestros hijos, ofrezco orientación familiar para aquellos padres y madres que en la educación otorgada a sus hijos, contemplen dudas de sus actuaciones o detecten comportamientos que interpretan como inadecuados en sus hijos para una convivencia estable y cargada de calma, donde los niños puedan crecer con apego seguro y libres para experimentarse a sí mismos y al mundo.

Como estudiante de Psicología – la responsabilidad de la profesión nos lleva a muchas a la formación continua – conozco los conflictos internos y externos que se pueden dar cuando se ha decidido, de forma consciente o inconsciente estudiar la carrera de Psicología. A menudo escuchaba y sigo escuchando incertidumbre de mis compañeros/as sobre su futuro y sobre qué decidir para sentir que están realizando lo correcto para ellos mismos y para las demás personas. Analizar, estudiar, comprender al ser humano siendo un ser humano, es muy complejo, y para mí es necesario estar al día de los mensajes internos que como psicólogos nos damos y reflejamos en el exterior. Cuando uno consigue conocerse un poco más que ayer, puede conocer de una manera más profunda a los pacientes.

En ciertos momentos de la vida se han de tomar decisiones que a corto plazo pueden no resultar relevantes pero que sin embargo, pueden ser importantes a largo plazo. A veces ante esto, que puede suponer una presión interna y/o social y familiar, nos confundimos y pensamos que somos incapaces de tomar una decisión.

Pedir ayuda te puede facilitar el análisis de lo que quieres estudiar o en qué quieres trabajar realmente, limpiando el mapa de donde parten tus ideas y descubriendo un proceso más consciente.

¿Por qué siento lo que siento? ¿Por qué me incomoda tanto la ansiedad? ¿Por qué cuando me hablan de determinada forma me dan ganas de irme corriendo o de gritarle a esa persona?
 
La psicoeducación emocional es la base de la psicoterapia, con ella podemos entender (y comprender, calma) por qué nos sentimos de una forma determinada o por qué nuestro comportamiento es «así». Para cada persona cada emoción o conducta tiene un significado y una raíz, conocer cómo es nuestro carácter y nuestra personalidad nos ayudará a poder entendernos mejor y relacionarnos de manera más coherente con nuestro entorno social y físico.

Cuando una persona comienza a ser consciente de que su estado de ánimo (depresión, ansiedad, estrés, etc.) puede deberse a un sometimiento o maltrato psicológico por parte de su pareja, es esencial que pueda sentirse apoyada y acompañada en un proceso tan doloroso. Cada persona tiene unas necesidades distintas cuando se encuentra en desigualdad de poder, en base a las mismas establecemos un plan de tratamiento con objetivos específicos, a través de una seguridad en la alianza terapéutica y en el proceso terapéutico.

Psicólogos

«Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, enfrentamos el desafío de cambiar nosotros mismos»

Viktor Frankl.

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Conocerte a ti mism@

D

esde pequeña he sentido curiosidad por el cerebro humano y por las emociones. 

En la adultez me di cuenta de que estudiar la carrera de Psicología no era la única manera de ser de ayuda en el procesamiento emocional de las personas, también era importante primero, escucharse a una misma, vivir tu propio proceso de terapia, para así poder llegar con más profundidad, entendimiento y comprensión hacia una misma y por ende a las otras personas.

Para mí fue y sigue siendo muy importante analizar mi cultura, a mi propia familia, y aquellas experiencias que he tenido desde niña; pues todo ello me formó y me forma hasta hoy.

Un cerebro que escucha y analiza a otro cerebro se ha de basar en la conexión humana.

Desde pequeña me ha importado el estado emocional de las personas que aparecían en mi vida, proporcionaba escucha a aquellas personas que necesitaban hablar ‘de algo’, aunque yo no sabía cómo podía ayudarlas. En la adultez me di cuenta de que estudiar Psicología no era la única manera de ser de ayuda en el procesamiento emocional de las personas, también era importante primero, escucharse a una misma, conocerse un poquito más, para así poder llegar con más profundidad, entendimiento y comprensión hacia mí y por ende a las otras personas.

Para mí fue y sigue siendo muy importante analizar mi cultura, a mi propia familia, y aquellas experiencias que he tenido desde niña; pues todo ello me formó y me forma hasta hoy.

Considero que la práctica de la psicología es la práctica del ser humano, sin embargo, al habernos desconectado de nuestra propia naturaleza, hemos necesitado crear una carrera universitaria para poder hacer oficial el acompañamiento emocional y psicológico natural que, como seres sociales que somos, necesitamos llevar a cabo.

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Si sientes la necesidad de pedir ayuda, hablar o realizar preguntas sobre lo que te preocupa yo puedo escucharte. Puedes contactarme mediante una llamada telefónica o si lo prefieres, puedes enviarme un Whatsapp o un correo electrónico.

Podemos hablar por teléfono para saber si puedo serte de ayuda o tener un primer encuentro. Decide la manera, yo estaré encantada de escucharte y/o de verte.