Me gustaría compartir con vosotros y vosotras parte del contenido de la charla que impartí junto con dos especialistas en dermofarmacia, Rocío y Eva Pérez Andújar.

¿Qué es la salud realmente?

El concepto de salud abarca el bienestar físico, mental y social, reflejando la capacidad de funcionamiento del individuo y no solo la ausencia de enfermedades. Se define también como el nivel de eficacia funcional o metabólica tanto a nivel celular como social, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El «postureo» se refiere a una actitud impostada o artificial adoptada por conveniencia o presunción.

En el contexto de la cultura, se entiende como el conjunto de conocimientos compartidos por un grupo de individuos con una historia común y que participan en una estructura social. Los valores y cánones estéticos derivados de la cultura promueven un «ideal» de imagen.
Este ideal ha evolucionado en los últimos años, destacando la variedad de cuerpos frente a los cuerpos delgados y musculosos. Los cánones de belleza para mujeres incluyen características como simetría facial, labios carnosos, ojos grandes y rasgados, entre otros. Para hombres, se destacan cuerpos fuertes y robustos, con espalda ancha y rasgos faciales marcados.

La influencia de las redes sociales (RRSS)

Las redes sociales han cambiado la forma en que nos comunicamos e intercambiamos información, generando adicción debido a la facilidad de acceso, la normalización de su uso y la sensación de dependencia. Las RRSS actúan como un escaparate de belleza y momentos felices, creando un sesgo de realidad; esto también puede generar ansiedad al exponernos a ideales de belleza o vidas a simple vista inalcanzables.

La exposición a ideales de delgadez en las redes sociales puede afectar la autoestima y la ansiedad. Además, estas pueden aumentar el riesgo de sufrir trastornos alimentarios (TCA) y producir otros síntomas que lleguen como síntomas depresivos, ansiedad, insatisfacción con la imagen corporal, entre otros.

Es crucial reflexionar sobre cómo las RRSS afectan a niños/as y adolescentes, cuyos cerebros aún inmaduros los hacen (no pueden regularse neurobiológicamente) a su exposición. La exposición temprana a contenidos inadecuados puede generar una falsa percepción de la realidad y contribuir a la hipersexualización y desadaptación psicológica, entre otros síntomas. Esto es lo que sucede actualmente con el skincare en niñas sobre todo.

La búsqueda y el desarrollo de la identidad comienzan en la adolescencia como parte de una etapa evolutiva donde los logros y fracasos juegan un papel fundamental. Gracias a los refuerzos positivos y negativos, y la percepción social de los otros, el adolescente va configurando la imagen de quién es y cuál es su lugar en el mundo. La influencia de los iguales y la construcción de identidad en la adolescencia se verán influenciadas por las dinámicas de las redes sociales, lo que puede llevar a la presión y comparación social, así como a otros riesgos como el cyberbullying.

Que dicen las estadisticas

Para arrojar algunos datos estadísticos sobre la percepción de la imagen corporal, podemos ver como la Encuesta Internacional de Dove sobre Belleza reveló que solo el 4% de las mujeres se sienten guapas, mientras que la preocupación por la imagen en hombres está en aumento. Se observa un aumento del «síndrome del vestuario» y la baja autoestima por comparación, especialmente en gimnasios.
Entre 2017 y 2018, las operaciones estéticas en mujeres aumentaron, destacando el aumento de pecho por deseo estético.

Estudios de la Universidad de Stanford y la Universidad de Massachusetts muestran que el 70% de las mujeres universitarias se sienten peor consigo mismas después de leer revistas de mujeres. En España, una encuesta de IMOP-BERBES encontró que el 45% de la población se preocupa mucho por su aspecto físico, con un 2,2% que se ha sometido a cirugía estética. El grupo de 18 a 24 años muestra la mayor preocupación, con un 73,8% de mujeres y un 30% de hombres que se aplican tratamientos faciales. Según la Sociedad Española de Medicina Estética, en 2021 se realizaron hasta 900,000 intervenciones de medicina estética en España, siendo la mayoría relacionadas con la cara, como el bótox y el ácido hialurónico.

A modo de conclusión, y como recomendaciones generales, en el caso de niñ@s y adolescentes, se recomienda desarrollar un apego seguro y una comunicación afectiva desde la niñez hasta la adolescencia. Se sugiere evitar el uso de pantallas hasta los 6 años y, posteriormente, restringir el tiempo frente a las mismas de manera muy limitada. A partir de los 12 años, se aconseja proporcionar un móvil con control parental y supervisar el uso de aplicaciones. Es esencial educar sobre el contenido, limitando la exposición a perfiles que promuevan modelos inalcanzables, así como supervisar la relación con el cuerpo y la alimentación. Debemos ser conscientes de que somos modelos de comportamiento que nuestros hij@s imitan constantemente.

Recomendaciones para adultos

En el caso de adult@s, es importante reflexionar sobre si nos comparamos en exceso, con quién o con qué lo hacemos. También debemos analizar cómo la sociedad trata el concepto de belleza y cómo nosotros nos adaptamos o no a esos estándares, reconociendo la presión interna que puede pasar desapercibida debido a la normalización.
Se propone enfatizar imágenes corporales naturales y realizar apreciaciones positivas sobre nuestra belleza, desafiando los estereotipos. Se recomienda limitar el consumo de redes sociales y abstenernos de emitir juicios hacia nuestros cuerpos y los de otras personas.

Finalmente, es importante cuestionarnos si tenemos miedo a envejecer o si deseamos controlar el tiempo. En una sociedad cada vez más individualista y consumista, es común experimentar síntomas psicológicos como sensación de vacío, soledad y miedo al fracaso, así como la exigencia de tenerlo todo bajo control.

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